A través de este artículo vamos a conocer los diversos síntomas, tanto físicos como psicológicos, que tienen lugar en un ataque de ansiedad. En primer lugar, hablaremos de las manifestaciones físicas que afectan al paciente tales como: temblores, sudoración excesiva, taquicardia, hormigueo, dificultad para respirar, mareo, subida de la temperatura corporal o tensión muscular. Si bien es cierto que estamos ante una serie de síntomas molestos y desagradables, hay que destacar que estamos antes sensaciones relativamente conocidas, puesto que son muchas las enfermedades o situaciones que pueden ser causa de estos síntomas.
Es momento ahora de hablar de los síntomas psicológicos que hacen acto de presencia en un ataque de ansiedad y, en este sentido, destacaríamos la sensación de que vamos a perder el control o de que nos vamos a desmayar. También es posible pensar que nos está dando un ataque al corazón debido a la taquicardia o la sensación de que nos vamos a ahogar. Dicho de otro modo, las respuestas psicológicas son debidas a una interpretación negativa de los síntomas físicos que se padecen durante un ataque de ansiedad.
No podemos finalizar este artículo sin hablar de la despersonalización o sensación de irrealidad como uno de los síntomas más molestos de un ataque de ansiedad y es que sentiremos que se está separando nuestro cuerpo de nuestra mente. Estamos ante una alteración pasajera de la percepción con el mundo exterior, una sensación muy desagradable y que puede aumentar la sensación de miedo y descontrol, sin embargo es conveniente saber que se trata de una respuesta producida por la ansiedad y que no representará ningún peligro para nuestra salud. A pesar de ello, es conveniente como debemos actuar en un ataque de ansiedad para conseguir una relajación más rápida y efectiva.
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